Venimos desde siglos reclamando por el agua y el territorio
Tenemos memoria del despojo y empobrecimiento,
De la resistencia en el territorio por generaciones
De los desarraigos en las ciudades
Tenemos memoria de Los pedidos de justicia que realizaron nuestros mayores desde la colonia hasta el presente,
De las traiciones, dilaciones e incumplimiento de lo estados, de sus intereses verdaderos escondidos en letras muertas o adormecidos en corazones fríos
Tenemos memoria de nuestros cuerpos y familias rotas, desmembradas, perseguidas por las empresas, sus socios y cómplices
Tenemos memoria de nuestra lenguas cortadas y prohibidas, de las sospechas sobre nuestra identidad y lo exquisito que fueron nuestros muertos para la ciencia
Tenemos memoria de nuestros conocimientos ignorados o convertidos en mercancía
Tenemos memoria de las largas travesías para llegar a jueces y tribunales y de aquellas que nos arrancaron del territorios para convertirnos en esclavos en plantaciones y casas de familia
Tenemos memoria de que nuestra defensa con el silencio y con la palabra,
De nuestra lucha para ser oídos, vistos, considerados por los mismos que dictaron las leyes para luego ignorarlas, cambiarlas o acomodarlas desde sus burocracias
Tenemos memorias de nuestros lugares sagrados, rezos, conocimientos, respeto a todos y cada uno de los seres y mundo que habitamos,
Tenemos memoria que nuestros reclamos siempre han sido fundados así como ignorados en la legislación ya sea colonial o de la república,
Tenemos memoria de los pactos y acuerdos por la liberación del territorio del yugo colonial
Tenemos memoria de los traidores y asesinos de antes y ahora que se cobran ojos, vidas, salud, tiempo, trabajo, sangre de nuestros hermanxs
Tenemos memoria del compromiso asumido por el estado argentino en 1994 al introducir en el artículo 75 incisos que dan pleno reconocimiento a nuestra identidades y derechos
Tenemos memoria de los convenios y acuerdos internacionales a los que adhiere el estado argentino
Tenemos memoria del genocidio fundante
Tenemos memoria de la deuda histórica que mantiene Argentina con cada una de las comunidades y de los pueblos originarios que habitamos el territorio en el cual se nos sigue persiguiendo, negando, expropiando, marginalizando, demonizando.
Acá estamos
Nunca nos fuimos